Un negocio sostenible se sustenta en la ética empresarial. Una empresa responsable promueve una cultura ética a través de su relación con todos sus grupos de interés: clientes, accionistas, proveedores, empleados y la comunidad en la que la empresa desarrolla su actividad. Para que la empresa pueda ser llamada «responsable» su relación con sus empleados tiene que respetar los principios siguientes:
Promover el trabajo decente sustentado en los principios y derechos fundamentales del trabajo que figuran en la Declaración de la Oficina
Internacional del Trabajo (OIT) de 1998
Respetar la dignidad humana, los derechos y obligaciones inalienables de los trabajadores y colaboradores especificados en las leyes nacionales, cumpliendo con el marco legal establecido para remuneración y pago de sus prestaciones sociales, de salud, seguridad social y pensiones.
Promover un vocabulario de respeto, amistad y compañerismo entre los diferentes actores dentro de la empresa.
Promover en los empleados y colaboradores el respeto hacia la empresa, los clientes, proveedores y demás agentes con que se relacionan.
Promover políticas de remuneración con base en el merito laboral, productividad e índices de desempeño.
Promover su desarrollo integral, capacitación y bienestar. Crear políticas y planes empresariales que fomenten el desarrollo del personal.
Promover acciones y condiciones donde los empleados se sientan partícipes en el desarrollo de la empresa.
Promover la divulgación de los valores de una cultura ética al interior de la empresa basados en aspectos antes mencionados como respeto a la dignidad humana, honestidad, así como ambiente de reciprocidad entre empleador y empleado.